jueves, 4 de octubre de 2007

¿Para qué sirve el rey?

Soy antimonárquico, pero no he quemado fotos del rey. No llevo pegada en el coche ningún tipo de fauna: ni toritos bravos, ni burros concienzudos, ni osos vapuleando madroños ni ornitorrincos en época de apareamiento. Ni mucho menos les quiero hacer el juego a los niñatos estrellados (si se me permite esta traducción literal de estelats) que juegan a pegarle fuego al rey de oros de la baraja celtibérica. El partido que les da cobertura es el mismo que se ofendió mucho muchísimo cuando algunos hinchas (por analogía con el verbo al que pertenece la palabra, es la mejor definición para los acérrimos del fútbol; no os diré lo que me inflan a mí) del Real Madrid quemaron senyeres en Reus, el pasado mes de julio.

La madurez revolucionaria y contestataria se alcanza cuando uno es capaz de reírse, entre otras cosas, de sus propios trapitos. Si a la bandera rojigualda de 20 metros de la madrileña plaza de Colón respondemos con una lona de 40 x 40 colgada del teleférico de Montserrat, estaremos cayendo en el mismo ridículo.

Otra cosa es cuando los hinchas del poder judicial, que también los hay a patadas, deciden elevar a cuestión de Estado las irreverencias del personal. Con lo de la portada de El jueves consiguieron que nos entraran ganas de dar por la retaguardia no sólo ya a los protagonistas de la portada -a cuál de los dos, lo dejo a elección de las tendencias sexuales de cada individuo- sino a cualquiera de los hoy todavía considerados intocables en este país (y la lista es larga, os lo aseguro). Después de la que han armado los jueces contra los quemarreyes, me entran ganas de convertir en plomo derretido hasta las monedas de cinco duros, si aún existieran.

El primer paso, la llamada de atención, ya está dado. Pero si la única expresión del sentimiento antimonárquico va a consistir en estas cremades de Carnaval, entonces el que acabará quemado será el movimiento de protesta, y dentro de 10 días sólo quedarán las cenizas de un debate que es necesario plantear desde hace mucho tiempo: ¿para qué sirve el rey?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No podría estar más de acuerdo contigo...es lo que tienen los nacionalismos.

Como dijo Pepe Rubianes (creo), "los nacionalismos son como los pedos...sólo les gustan a quienes los hacen".

Quemar, no obstante, no es necesario. Se queman ruedas, se queman etapas, acabas muy quemado después de trabajar 12 horas seguidas......pero quemar fotos no parece una acción muy inteligente.

No obstante, que sea delito quemar la foto del rey es de risa.

Ojo con las barbacoas señores....no vaya a ser que el diario que utilicen sea el del 12 de octubre y la liemos.

PD: Por cierto, tengo complicado ir ese día a la susodicha barbacoa....aunque si queréis los periódicos los pongo yo:)

El autor dijo...

Viva Anasagasti!!!!!