martes, 20 de septiembre de 2011

Pixacampanes

Uno de los atractivos más alabados de los núcleos rurales es que en ellos el tiempo discurre huyendo del ritmo cronometrado de la ciudad. Por ello sorprende que sean los mismos pueblos los que reivindican el martilleo de sus campanarios, a razón de sesión de badajo cada quince minutos.

Ha sido el martillo de una sentencia el que de un solo golpe ha enfurecido a la vecindad (150 habitantes) de Sant Mori (Alt Empordà, Girona). Considera el tribunal que el tantán del campanario peturba el descanso de los clientes de un hotel medieval al sobrepasar el tope permitido de decibelios. Seguramente, en otras circunstancias de lejanía, al propietario del hotel -llevaba 11 años de litigio- se la habrían traído al pairo los decibelios o si la mismísima torre del campanario se derrumbaba como consecuencia de la vibración. Lo cierto es que el pueblo se ha declarado insumiso ante la sentencia. Desean la absurda constatación acústica de que las 3:15 AM son las tres y cuarto de la madrugada.

Hoy reivindico mi pequeña faceta de "pixapins" de ciudad -en El Prat (63.000 habitantes) también doblan las campanas cada hora- y sugiero activar la tecla "mute" para todos los campanarios, de día o de noche. Porque yo también me desquiciaría si me instalaran una campana 30 metros de casa. Pensad en un vecino tocahuevos que, por mucho que lo ignoraseis, os viniera a tocar el timbre cada cuarto de hora.

En tres relojes y sin necesidad de campanadas, veo que son las 14:25. Hora de comer.


jueves, 15 de septiembre de 2011

Contrato temporal en fraude, y que dure

Los dos grandes de la política española, PP y PSOE, reaparecen de nuevo juntos como los muñecos cutres que coronan la cima de la tarta de bodas. La patronal los ha vuelto a clavar en lo alto del pastel para que den luz verde en el Congreso a la reforma que permitirá encadenar contratos temporales a gusto del empresario.

El ridículo del autodenominado partido de izquierdas es doble. Primero, porque vuelven a destaparse como marionetas y no como gobernantes. Segundo, porque la reforma no sirve absolutamente para nada. El fraude de encadenar contratos temporales o de obra y servicio se inventó hace ya mucho tiempo. Y como fraude que es, está penalizado igualmente con indemnización de 45 días por año en caso de despido (los empresarios lo llaman "no renovación"). Por eso pueden estar tranquilos los que lleven 5, 8 o 14 años con contrato de obra y servicio en la misma empresa (o administración pública, partido, ONG, sindicato... que también los hay que contratan así).

Para que a uno lo contraten de forma temporal, tiene que existir un motivo justificado y demostrable. Si no, el contrato debe ser indefinido. A los empresarios esto les da mucho dolor de cabeza y bolsillo. Y en el PP, abiertamente más sensibles al llanto patronal, se han dado cuenta; por eso andan voceando que propondrán un modelo único de contrato. Así podrán decir que son el único partido que lucha por el contrato indefinido. Tramposos. Intentarán vendernos la falsa seguridad de un contrato indefinido (en el que lo único indefinido es el día que te van a echar) a cambio de rebajar la indemnización por despido.

Vistas las cartas, casi me quedo con los títeres del PSOE. Y que duren los contratos temporales en fraude. Cuando llegue el despido (perdón, empresarios, "no renovación"), ya exigiremos la indemnización por despido improcedente. Pero claro, la mayoría de trabajadores -como ocurre con los clientes de los bancos cuando estos les clavan una nueva comisión- no reclamarán. Y la estadística seguirá haciendo que el fraude, como la banca, siempre gane.