viernes, 21 de diciembre de 2007

Gracias

Sin que sirva de precedente, hoy voy a hacer un uso de este blog acorde con el objetivo para el que se crearon este tipo de bitácoras: convertirse en una especie de diario personal virtual. Los últimos días he estado poco activo, la verdad, porque un caradura disfrazado de director de empresa, pero incompetente para tal cometido, se ha encargado de amargarle las fiestas a una grandísima compañera. El regreso de mi excedencia, gracias a la cual he podido en parte ir alimentando este blog, se prevé turbio.

Por lo demás, quiero dejar constancia en este blog, por si algún día mi hasta ahora generosa memoria me falla, de que en el último año he disfrutado como un enano de la compañía de personas increíbles. De cada uno de ellos guardaré infinidad de recuerdos y experiencias, que seguro irán creciendo, ya que no estoy dispuesto a perder el contacto. Alrededor de una sencilla mesa redonda de madera se han sucedido ocurrencias disparatadas dignas de un guión de Padre de familia e ideas revolucionarias con una buena dosis de utopía -que tampoco es malo-. Gracias (de nuevo) a Mayte, he compartido las reflexiones más profundas que jamás he hecho sobre el ser, el no ser, lo que pudo ser y la "razón de ser". Gracias a Xavi he hecho un reset en temas informáticos (qué técnico se ha perdido Microso... digo... Linux) y he revivido historias pasadas acompañadas de la carcajada más canalla y gamberra. El guerrillero Imanol ha reforzado mis convicciones combativas contra aquello que nos imponen constantemente (cómo me arrepiento de no haber grabado los intercambios de cañonazos amistosos entre él y Toni Querol). Con Carles he llegado a la conclusión de que, si los medios le tuvieran en cuenta, las tertulias y disertaciones culturales e históricas de este país serían otro cantar.

Y así podría seguir, con Silvia (que ha sido mamá este año), con Mila, con Paco, con Gina, con Bárbara, con Marta... La lista puede ser interminable. A todos ellos y ellas (para que Mila no se enfade por mi lenguaje monosexista) y a los que no aparecen en este escrito pero también están en mente, sencillamente y en mayúsculas, GRACIAS POR ESTE ÚLTIMO AÑO.

Había pensado acabar con la frase final de Blade Runner, pero no puedo, porque estos recuerdos no se perderán como lágrimas en la lluvia.

martes, 18 de diciembre de 2007

Agua a cañonazos

Habitualmente me muestro crítico con los desmanes urbanísticos y medioambientales que se dan más allá del Ebro. Pero hoy, Eduardo Arroni Benedicto, lector de El Periódico, me recuerda con su carta que en Cataluña también hay mucho aprecio por nuestros "Marina d'Or" de invierno: los complejos (o, traducido al pijo, resorts) de esquí. Lo que pasa es que éstos no están al descubierto en mitad de un desierto ni en plena fachada de la costa. Están en la parte pirenaica del oasi catalán, donde apenas se ven o se quieren ver.

Sabia apreciación la del lector. Mientras los cañones de nieve siguen a pleno rendimiento, del campanario de Sau, que hace años se mantenía totalmente sumergido bajo las aguas del pantano, ya se ven hasta los cimientos. Y el nivel sigue bajando.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Hagan juego, señores

Resulta que ahora, en pleno desierto de Los Monegros -donde el único referente de ocio eran las raves en torno a la sala Florida 135-, van a montar un complejo de casinos, hoteles y campos de golf (¿Monegros+campo de golf?) que ríete tú de Las Vegas. Tiene gracia. Desde Aragón se atacó el trasvase del Ebro y uno de los argumentos fue que el agua no era para regar las naranjas levantinas, sino para los balnearios y los campos de golf de Marina D'Or. La hiriente salvajada urbanística no sólo de Marina D'Or sino de buena parte del litoral de levante (Murcia, qué hermosa eres con Polaris World) ha demostrado que, en efecto, el agua que pedían Zaplana y muchos valencianos con cara de cabreo no era para la huerta.

Sería un ejercicio de coherencia atacar ahora el proyecto de Los Monegros con la misma fuerza, pero, al final, lo que parece es que el gobierno aragonés sólo ha estado defendiendo sus recursos naturales a la espera de poderlos despilfarrar en su Marina d'Or particular.

jueves, 13 de diciembre de 2007

¡Ho, ho, hooooo!


Lo siento, no lo he podido evitar. Qué grandes.

lunes, 10 de diciembre de 2007

'Sheeping', a comprar como borregos

Os propongo un nuevo concepto de ir de compras. En vez de shopping (del inglés shop, tienda) lo voy a denominar sheeping (del inglés sheep, oveja y, por extensión descendente, borrego). Es el tipo de compras que la gente acude a realizar en masa, normalmente en grandes centros comerciales, y sobre todo en los domingos y festivos próximos a las fechas navideñas.

Los amantes del sheeping suelen aparecer en televisión respondiendo encuestas a pie de calle y defendiendo con una chispeante mezcla de entusiasmo y petardeo la apertura de los comercios en días festivos. Cuando los veo, pienso que sus parejas, hijos, padres o hermanos no trabajan en El Corte Inglés ni en Carrefour ni en Alcampo ni en Dia ni en Caprabo ni en Leroy Merlin ni en Ikea ni en Boulanger ni en Decathlon ni en Toys'r'us ni en cualquiera otra firma que año tras año consigue abrir más días explotando más al mismo personal (que se desengañen los que se lavan la conciencia diciendo que "así al menos se crean puestos de trabajo").

Los sheepers o compradores-borregos son egoístas a los que les trae sin cuidado el hecho de que la política de horarios de España siga dejando sin vida familiar a miles de personas. No sólo hacen falta campañas de consumo responsable de agua y electricidad. Hace falta reivindicar de una vez, y por el bien de todos, un consumo responsable del consumo.

P. D: Se agradecen, como contrapunto a la tendencia más habitual, aportaciones como las que han hecho los lectores Francisco José Conde Jiménez e Isabel Avizanda a El País y La Vanguardia, respectivamente.

P. D. 2: Artículo publicado como carta al director en El País del 11-12-2007

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ignorancia inteligente

Los últimos informes sobre educación concluyen que un elevado porcentaje de alumnos tienen problemas de comprensión lectora. Vamos, que no entienden lo que leen. En el otro extremo, algunas personas siguen haciendo una buena práctica del "no entendimiento" al declararse abiertamente ignorantes del porqué de ciertas cosas. Pongo como ejemplo a dos lectores cuyas cartas ha publicado recientemente El País.

La primera, la envía Carlos de Hita, y comienza: "No entiendo mucho de macroeconomía. Quizá por eso no logro preocuparme por la alarma del mundo inmobiliario al saber que mi casa,
en la que vivo y no tengo intención de vender, va a valer un poco menos en el futuro. Yo la sigo viendo igual". Recomiendo leer el resto, porque a pesar de la sencillez de sus planteamientos, el autor nos ayuda a cuestionarnos seriamente el sistema en el que vivimos.

La segunda es obra de José Germade y le proporciona una buena estocada al PSOE en plena época preelectoral y en el mismo rotativo (doble mérito, dada la tendencia del medio). El primer párrafo ya es de artillería pura: "¿Por qué el Partido Socialista le tiene tanto miedo a la Iglesia católica? Resulta curioso y preocupante que cuando la vicepresidenta del Gobierno, la señora Fernández de la Vega, llega de un viaje al Vaticano corre la orden de no molestar a la Iglesia; da la impresión de que fue a que el Vaticano diera el visto bueno al programa electoral".

Lo dicho. Hay dudas e ignorancias muy inteligentes y saludables para la opinión pública.