domingo, 12 de julio de 2009

San Fermín y los cuernos adornados

Hago una sencilla búsqueda en Google y encuentro varios titulares que anuncian la muerte de un ciclista arrollado por un coche. En ninguno de los casos la noticia fue portada de ningún medio de comunicación de ámbito nacional.

Esta semana, dos tremendos ejemplares de toro bravo han corneado a sendos corredores de los encierros de Pamplona, con resultado de muerte y herida gravísima, respectivamente. Las terribles cogidas y el posterior entierro de uno de los jóvenes embestidos han sido noticia de apertura de los informativos de cobertura nacional, con enviados especiales al tanatorio incluidos.

Vestir de tragedia lo que nace de una insensatez, por mucho que Hemingway lo adornara años atrás, no merece una portada, sinceramente.

A lo mejor es que mi criterio de selección informativa no me habría permitido jamás trabajar de editor de contenidos de un informativo. O a lo mejor es que los que actualmente se dedican a este menester lo hacen condicionados por el notable cargamento publicitario que adorna el antes, durante y después de las informaciones que tienen que ver con los sanfermines.

Iba a seguir despotricando, pero siempre encuentro a alguien que lo hace mejor y me ahorra el trabajo, al que tanta tirria le tengo. En este caso, mi "negra" se llama Rosario Peláez y en su carta a El País le da un buen repaso a algunas tradiciones aún lamentablemente veneradas en la España más profunda.

jueves, 2 de julio de 2009

El lado oscuro del 'conseller' Maragall

Hoy, en una tertulia radiofónica, Elvira Artés, profesora de Periodismo de la UAB, preguntaba al conseller de Educació, Ernest Maragall, cómo era posible que en sus clases hubiera alumnos que dudaban de si Helsinki era una ciudad europea o bien situaban Vietnam en África al referírseles la conocida guerra. "Puede que aún haya zonas oscuras en el sistema educativo", fue la excusa-burladero del político.

Como sostenía la profesora, para cursar la licenciatura de Periodismo se exige como mínimo un 7,5 de nota tras pasar la selectividad. Las zonas deben de ser verdaderamente oscuras y dignas de tener que entrar a machetazos como Miguel de la Quadra en la ruta Quetzal, señor conseller.

Hace una década, era impensable que alumnos con esas carencias de conocimientos pudieran acabar la ESO con media de notable y cursar una carrera en la que una de las asignaturas obligatorias lleva por título Relaciones Internacionales -a lo mejor ahora ven el nombre y se piensan que consiste en chatear con chicas de la Europa del Este, una vez situada en el mapa, claro está-.

Quizá la "zona oscura" sea el negro mercado laboral. Quizá a la Administración le ha interesado ir bajando el listón académico durante los últimos años para garantizar universidades llenas durante cuatro o cinco años más. No sea que a los chavales les suspendamos la ESO por no saber dónde está Finlandia y entonces se nos pongan a buscar trabajo y se frustren antes de tiempo.