sábado, 21 de junio de 2008

Ministros europedos

Tanto queríamos los europeos competir con los Estados Unidos, que al final los gobernantes nos arrastran hacia las mismas imbecilidades que hacen bandera y patria en yanquilandia. Creo que como teníamos ya todos encima la tonturria veraniega, los europarlanchines de Bruselas han aprovechado estos días para desempolvar las últimas ocurrencias del volantazo a la derecha que han decidido pegar de golpe y porrazo. A las decimonónicas 65 horas de trabajo hay que añadir otra propuesta que aumenta de seis a un máximo de 12 el número de días que los profesionales del transporte pueden trabajar seguidos. Eso es progresar: nos llenamos la boca diciendo que si los tiempos de descanso, que si severidad con los tacómetros de los camiones; nos vaciamos a la vez los bolsillos en campañas de la DGT sobre la prudencia al volante. Y todo para que ahora permitamos que haya gente conduciendo 12 horas (porque claro, el cliente es el cliente y lo quiere rápido, si no, la competencia es fuerte y ya se sabe...) durante 12 días seguidos.

Entre café y cigarro, los ministrazos europeos pensaron también: "¿Y qué hacemos con la inmigración?" (de momento, y curiosamente, los únicos que se resignan a aceptar el salvajismo empresarial). "Pues nada", dijo uno, "al que pillemos sin papeles lo retenemos sin explicaciones, para que se acojone un poco". "Hombre, no te pases", dijo otro -menudo sensiblón-. "Tienes razón, pondremos un tope de año y medio de retención y luego los empaquetamos de vuelta al desierto". Si añadimos cadenas y monos de color naranja, ya tenemos el atrezzo para el Guantánamo otrora tan criticado desde la UE.

Y ahora vamos a la iniciativa puramente humorística, porque también tienen ratos cachondos, los eurocargos. En concreto, la que debió de pasar una gran noche de juerga fue Viviane Reding, comisaria -pronto la ascenderán a sheriff, que es más americano- europea de las telecomunicaciones. Dijo que sería buena idea para abaratar costes que los usuarios pagaran por recibir llamadas en su móvil. Traduzco su argumento: cada vez que un cliente Orange llama a un cliente Vodafone, Orange tiene que pagarle un pastón -dicen ellos- a Vodafone por el tiempo en que utiliza su red de comunicaciones. Se ve que ese pastón, que lógicamente las compañías repercuten hacia sus clientes, hace que, en general, las tarifas de móvil en la zona euro sean excesivas. Como los euroministros se han quejado y dicen que promoverán iniciativas para que bajen las tarifas, los empresarios de las telecomunicaciones han respondido que entonces cobrarán al usuario que reciba llamadas. Y es entonces cuando la Viviane ha dicho: "pues ningún problema".

Y he aquí una vez más el engaño al que nos someten con esa falacia de la "libertad de mercado". Somos tan mendrugos que aún no caemos en la cuenta de que el mercado sólo es libre para los que lo manejan, para los amigotes de la banca y la gran empresa que deciden precios, tendencias, e inversiones entre puro y coñac -el café y cigarro de antes era sólo para los ministros, recuerdo- en el Ritz. Quien diga que la libertad de mercado nos ha beneficiado gracias a la mayor competencia entre empresas es un iluso. Puede ser verdad en lo que se refiere a la compra de chorraditas y caprichos propios de la ceguera consumista, pero en los servicios de energía y comunicación, "libertad de mercado" es una falacia. Simplemente por el hecho de que en estos mercados, dominados a lo sumo por cuatro o cinco firmas, ponerse de acuerdo para pactar precios es más fácil que decidir poner un buzón nuevo en una comunidad de vecinos. Y del portal hacia fuera, nadie se entera.

jueves, 12 de junio de 2008

¡Bravo y brava, ministra!

Gran estrena el del ministro Bibiano Aída haciendo galo de una lenguaja de la más igualitario: "Miembros y miembras" (sic). La ya de por sí ridícula despilfarra de palabros de quienes se empeñan en buscar el igualdada de este formo, ha alcanzado uno de sus cimos más destacados tras el intervenciona del ministro.

Que me cuelguen los feministos de las huevas, si quieren, pero animo desde aquí a la Gobierna para que trabaje en asuntas más importantas. Por mi(s) parte(s), y mientras tenga entendimienta y sentida comuna, seguiré utilizando los palabros genéricas pluralas, que coinciden en formo con la génera masculina.

martes, 10 de junio de 2008

¡65! ¿Alguien da más?

Andaba yo en el último post hablando de pandas de gilipollas y justo hoy me entero de que unos cuantos de la UE pretenden aumentar el tope de la jornada laboral semanal a 65 horas. Genial. La Revolución Industrial ha vuelto a empezar. Sólo falta que ahora estudien contratar a los niños para reavivar el sector minero. Así, empezando a trabajar desde los 10 años, no habría que pensar más en prolongar la vida laboral hasta más allá de los 70.

En este país donde lo más común es que algún capullo encorbatado te mire mal si te limitas a hacer tus ocho horas diarias, lo que faltaba era abonar el terreno para que los empresarios vieran legitimadas las esclavizantes jornadas a las que ya someten a sus subordinados. También es de alto contenido humorístico la coletilla que se pretende insertar en la nueva directiva -en caso de aprobarse-, para que "la jornada de 65 horas siempre sea de común acuerdo entre empresario y trabajador". Como si al "común acuerdo" se llegara desde una igualdad de condiciones. "Mire, joven, que yo le quería contratar por 65 horas, pero vamos, que si usted no quiere, no se preocupe, le contrato por 40 y los 200 hipotecados que hay detrás de usted ansiando este trabajo ya encontrarán otra cosa". Me troncho.

A pesar de todo, a las 0,30 horas de este 10 de junio (a lo mejor dentro de poco obligan a decir también "del año del Señor de 2008") me voy a la cama reconfortado por esa rápida y certera intervención de nuestras dos grandes potencias sindicales, rugiendo amenazantes y enarbolando ya la bandera de la protesta masiva ante tanto desmán europeísta. ¿Que no los habéis visto? Pues me los habré imaginado yo... ¿O los habré visto apoyando a los transportistas? Igual tampoco, no sé.

domingo, 8 de junio de 2008

Geografía en pedazos

Llevo tanto tiempo sin escribir que casi no me acordaba del nombre de usuario y password que utilizo para este blog. La sequía escritora no se debe a la falta de temas o personas a las que "ofender". Todo lo contrario. El precio del petróleo, las tarifas eléctricas, el agua en Cataluña o la panda de gilipollas con cargo público que intentan igualar al Vaticano a la hora de encontrar eufemismos para no tener que hablar de "crisis" o "trasvase", deberían haber provocado un chorro de entradas capaz de hacer tambalear la capacidad de Blogger, el servidor que aloja este blog.

Pero no ha sido así, y no me voy a justificar en términos eufemísticos. Al pan, pan, y al vino, vino (se me ocurre otra guarrada que acababa en "pepino"). Mi sequía escritora responde a una mezcla de pereza, falta de tiempo (o inversión del mismo en otras aficiones), dejadez... Para colmo, la aportación que hoy saca del coma a este blog no es mía, sino que, como muchas otras veces, voy a echar mano del buen tino de los lectores que remiten cartas a los periódicos. Hoy me permito compartir la preocupación que Jordi Navarro, profesor de 3º de ESO expresa, en El Periódico:

"
Acabo de corregir los exámenes de la tercera evaluación de Geografía de tercero de ESO. Han sido 38 de dos clases. Tenían que ser más, pero el absentismo hace estragos. He puesto un mapa de España y un cuadro con los resultados de las elecciones de marzo (debían calcular los porcentajes y extraer conclusiones). He preguntado por los estatutos de autonomía de Catalunya (los expliqué la semana pasada). Debían definirme: Estado, división de poderes, república y centralismo. Debían responderme con qué temas o aspectos de esta tercera evaluación tenía que ver la película La intérprete, que habíamos trabajado en clase. Debían poner los nombres de los países de la UE en un mapa mudo (les había dicho que caería) y explicar en qué se parecen las instituciones políticas de España a las comunitarias (les dejaba que trajeran un esquema). No diré dónde han colocado los nombres de algunos países ni las barbaridades escritas, como confundir la UE con la ONU, como que "España es una república parlamentaria", como que "el PSOE reina en los países que quieren la independencia". Me han aprobado 3 alumnos de 38. Dos con un 5 justito y el tercero con un 9. En medio, el desierto. Mañana entregaré los exámenes y me dirán que la culpa es mía, que tenían que estudiar mucho, la mitad de tres temas. Total, para qué sirve saber algo de nuestro sistema político, qué es lo que diferencia a una democracia de una dictadura, qué es la UE o la ONU. Puede que algún padre quiera hablar conmigo. Le diré que no se preocupe, que aún están las recuperaciones y que el curso que viene su hijo cursará cuarto. Ah, y no trabajo en ningún instituto problemático".

No haré comentarios, pero espero los vuestros.