miércoles, 30 de mayo de 2007

Recursos inhumanos

"No han podido alegar nada en la carta de despido, como sería obligado por las circunstancias. ¿Será que no hay nada que alegar excepto mi condición de embarazada? Qué curioso que mi perfil, hasta ese momento, fuera ideal y satisfactorio, pues parece que en una semana ha cambiado y mi trabajo ya no es estupendo y maravilloso, como venían repitiéndome".

Isabel Vilaplana, en El País

El Rocío y la caspa

"Sin embargo, si todo quedara en eso, en ver a gente adulta pisarse, empujarse y abalanzarse sobre un icono, pues bueno, no dejaría de ser un acto tumultuoso más. Pero lo que me llenó de indignación fue ver a los niños, a los bebés, de mano en mano, hasta hacerles tocar el icono en cuestión. Algunos estuvieron a punto de caer, y desde luego no vi a ninguno reír y, lo más importante, entender qué es lo que estaba pasando".

Cayetano von Kobbe Alonso, en El País.

¿Para cuándo El Corte Inglés?

La sala de lo Social de la Audiencia Nacional ha obligado a Carrefour, según una sentencia, a dar 48 horas seguidas de descanso a los trabajadores de la compañía que prestan servicio durante seis días a la semana. Lo habitual en grandes almacenes y centros de explotación laboral similares era dar la tarde del sábado libre, el domingo entero y, como mucho, las gracias. En resumen, sólo 36 horas.

Por fin los sindicatos se están atreviendo a denunciar este abuso y los jueces se están atreviendo a condenarlo, pues vulnera directamente el derecho a disfrutar de 12 horas de descanso entre jornada y jornada, independientemente del descanso establecido de 36 horas. Hasta el momento, los jueces han dado la razón a los trabajadores de Leroy Merlin y Carrefour.

Me pregunto, sin embargo, qué ocurre con El Corte Inglés. Es curioso cómo FASGA, sindicato que sí ha apoyado la denuncia en el caso de Carrefour, sigue fiel y calladito a los pies de lo que dictan los peces gordos del triangulito verde. ¿Cuándo veremos una sentencia contra la sectaria y caciquista política laboral de estos grandes almacenes? Ya no digo en los medios de comunicación, comprados (callados) todos con su publicidad, sino en los tribunales. ¿Es que alguien se encarga de que los conflictos o denuncias no pasen de cierta instancia?

Por lo menos Internet ha acabado con la selecta zona de silencio que todos los grandes medios-empresas de comunicación tienen reservada a estos grandes almacenes a cambio de unos suculentos contratos de publicidad. Sin embargo, el contraste es vergonzoso: mientras en Google la búsqueda "denuncias el corte inglés" devuelve cientos de entradas, en los medios no aparece absolutamente nada sobre su conducta abusiva con los trabajadores y represiva con los sindicatos o con cualquiera que se atreve a alzar una voz en contra.

jueves, 24 de mayo de 2007

Español de la historia


Cada cierto tiempo, los medios necesitan darse y darnos un baño de corrección política. Especialistas como somos en estar pendientes de encuestas absurdas, nos han colocado la última pantomima mediática: El español de la historia, encuesta que ha nos ha ofrecido como ganador al rey de España.

Tenía claro que uno de los recientes cometidos de la televisión era conseguir que personajes absolutamente prescindibles sigan pareciendo trascendentes. En el caso del monarca, este dudoso referéndum catódico ya se repitió hace unos quince años. Eran los primeros tiempos de las cadenas privadas y el experimento se dio -curiosamente- otra vez en Antena 3, esta vez de la mano de Pepe Navarro, que entonces conducía un magazine matinal. Un buen día, a alguien se le ocurrió convocar una votación para descubrir quién era "el personaje más popular de España". En aquel entonces, el temor a la ofensa monárquica pesó sobre la dirección del programa, y el showman del tejano apretado en la huevera dejó claro que el rey no entraba en la votación "porque ya era evidente su popularidad".

Años después, han dado un paso más. No han excluido al monarca de la votación, pero me da en la nariz que nadie iba a permitir que no ocupara el primer puesto. Está claro que, cada cierto tiempo, a los españolitos nos tienen que enseñar que tenemos un rey que no sólo sirve para reír las gracietas de sus nietos.