martes, 10 de junio de 2008

¡65! ¿Alguien da más?

Andaba yo en el último post hablando de pandas de gilipollas y justo hoy me entero de que unos cuantos de la UE pretenden aumentar el tope de la jornada laboral semanal a 65 horas. Genial. La Revolución Industrial ha vuelto a empezar. Sólo falta que ahora estudien contratar a los niños para reavivar el sector minero. Así, empezando a trabajar desde los 10 años, no habría que pensar más en prolongar la vida laboral hasta más allá de los 70.

En este país donde lo más común es que algún capullo encorbatado te mire mal si te limitas a hacer tus ocho horas diarias, lo que faltaba era abonar el terreno para que los empresarios vieran legitimadas las esclavizantes jornadas a las que ya someten a sus subordinados. También es de alto contenido humorístico la coletilla que se pretende insertar en la nueva directiva -en caso de aprobarse-, para que "la jornada de 65 horas siempre sea de común acuerdo entre empresario y trabajador". Como si al "común acuerdo" se llegara desde una igualdad de condiciones. "Mire, joven, que yo le quería contratar por 65 horas, pero vamos, que si usted no quiere, no se preocupe, le contrato por 40 y los 200 hipotecados que hay detrás de usted ansiando este trabajo ya encontrarán otra cosa". Me troncho.

A pesar de todo, a las 0,30 horas de este 10 de junio (a lo mejor dentro de poco obligan a decir también "del año del Señor de 2008") me voy a la cama reconfortado por esa rápida y certera intervención de nuestras dos grandes potencias sindicales, rugiendo amenazantes y enarbolando ya la bandera de la protesta masiva ante tanto desmán europeísta. ¿Que no los habéis visto? Pues me los habré imaginado yo... ¿O los habré visto apoyando a los transportistas? Igual tampoco, no sé.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Viva la Revolusiong (aunque sea Industrial)!

Ya no tendremos que preocuparnos por imaginarnos viejos y aburridos, con las manos cruzadas descansando sobre el culo, y observando con la mirada perdida la construcción de algún edificio. ¡Ya no seremos simples mirones! ¡Los albañiles de esas obras…Seremos nosotros! ¡olé, olé y olé!

Menos mal, que en este país, tenemos Sindicatos de Clase, que como bien dices, se dejan la piel y la voz por defender lo que es su principal razón de ser (sino la única): la conquista (o al menos, el mantenimiento) de unas condiciones sociales y laborales decentes…
Glups!

Carles Català dijo...

Kamarada Javier, cañero como siempre, ya era hora que revitalizaras el blog.

Ok maticemos: dicen que la puta no solo tiene que serlo, también tiene que parecerlo. Es decir, no solo vale con tener ideas y llevarlas a la práctica, hay que darles publicidad. Hay muchos conflictos en los que el movimiento sindical europeo no ha dado la respuesta contundente que merecía, cierto, pero...¿qué nerices está ocurriendo en los medios de comunicación a la hora de publicitar lo (poco) que sí se hace?

Personalmente me jode que mi sindicato no haga más en algunos conflictos, pero también me jode que ciertas televisiones omitan intencionadamente las docenas de declaraciones de repulsa y condena que se han dado en estos últimos dos días por parte de los sindicatos de media Europa. Malos tiempos para ser sindicalista, porque es uno de los colectivos donde las imperfecciones se hacen más evidentes y se perdonan menos.

¿Matemos al mensajero? No seamos criminales, solo dejemos bien claro que el periodista es el más grande profesional de la mentira que existe.

Luego escribiré sobre el chantaje que no huelga de los transportistas y ahí sí que pienso ser contundente...

Carles Català dijo...

2a parte.

Una vez dichas las verdades del periodismo, a por los transportistas voy...y con estos me temo que no hay compasión.

¿Cómo puede ser que me vaya al super a comprar y lo encuentre medio vacío como en la Rusia de los 80? ¿Y que vaya a la gasolinera y tenga que dejar el coche tirado por falta de fuel? Yo pensaba que los trabajadores teníamos derecho a comer y desplazarnos, ahora veo que unos criminales disfrazados de "trabajadores" nos lo niegan. ¿Y a eso le llaman huelga? Para rematar el asunto, me llama por la noche un colega transportista autónomo para decirme que está en un piquete en Amposta y que se están poniendo hasta el culo de marisco con lo que han sacado de un camión que intentaba puentear el piquete. Vale, pues que lo disfrutes chato. Seguro que encontaremos a alguien a quien echar la culpa.

Independientemente de que el mundo del transporte tiene problemas que van mucho más allá del precio del carburante, como por ejemplo excesivas subcontratas, precios rebentados, intermediarios chorizos que se hacen de oro robando lo de otros (a estos sí que habría que montarles el piquete en su casa), autónomos que está sacando los hígados para llegar a fin de mes, etc, etc, alguien debería pensar en los riesgos que se corren cuando uno, en un momento de lucidez extrema, decide capitalizar el paro para comprar un camión. Y es que trabajar tiene sus riesgos.

Estamos en un país en el que tradicionalmente, todo el que no vale para estudiar y ha sido expulsado del mercado laboral ha acabado poniendo, pongamos por caso, un bar...en un país de bares. Y luego se quejan de que un bar es muy esclavo, pero...¿nos harán un día un cierre patronal a base de no abrir y matar de sed a los alcohólicos anónimos?...

...Y muchas cosas más, pero solo una reflexión para terminar: si yo me acabo marchando de donde estoy y me quiero ganar la vida como autónomo, pongamos por caso graduado social, y luego descubro que los precios están rebentados, que los clientes me pagan cuando les da la gana, que me cancelan las citas, que no puedo ni ponerme enfermo, que estoy atado por los cataplines...¿sería de recibo que hiciera pagar mi justa indignación a inocentes trabajadores bloqueando con un camión la entrada en Mercabarna?

Es un caso idéntico a los pilotos de líneas aéreas pero claro, como estos no van con traje y corbata sino que llevan camiseta y tejanos, se ve que es un conflicto de currantes. No, no. Currantes somos todos, el que ha sido manipulado por el mayorista que ni siquiera sabe porqué está de piquete y currante el que tiene que coger el coche para ir a trabajar y no encuentra gasolinera abierta. Currantes todos. Chantajistas algunos.

Javier Martínez dijo...

Company Carles. Estoy algo en desacuerdo contigo. A veces, da la impresión de que ciertas huelgas se deslegitiman en función de lo que afectan a nuestro sistema de consumo. ¿Tienen menos derecho los transportistas a no trabajar por el mero hecho de que de ellos depende nuestro abastecimiento de productos? No sé. Como sector privado que es, tienen su derecho a no trabajar y, encima, nadie les puede obligar a realizar servicios mínimos (en contra de lo que sucede con controladores aéreos o médicos).
Otra cosa es ponerle límites al piquete, el eterno debate. ¿Hasta dónde llega la legitimidad de presión del piquete? Evidentemente, hasta el extremo de apedrear cabinas, pinchar ruedas o quemar vehículos, no. Pero también entiende que existe un colectivo con más capacidad de coacción que cualquiera: el empresariado. Si los huelguistas no ejercen cierta presión, los transportistas que trabajan por cuenta ajena y muchos autónomos que en realidad están vinculados a las empresas como si fueran asalariados echarían por tierra la huelga en un par de horas. Muchos asalariados del transporte trabajan en pequeñas empresas familiares donde a buen seguro las palabras "huelga" o "sindicato" son un tabú, y por tanto, o se corta el tráfico o ellos no apoyarán jamás el paro.
Es difícil, pero en situaciones como ésta me cuesta encontrar el término medio entre "también hay derecho al trabajo" y "el fin justifica los medios".

Carles Català dijo...

Entiendo tu postura Javier, por cierto no dejes de visitar un extraordinario blog (al menos para mi) del que fue en su día un magnífico dirigente sindical, José Luis López Bulla. Su título, "metiendo bulla" en lopezbulla.blogspot.com

Por cierto, si lees esto José Luis que sepas que se te echa de menos y...¡ah! ya puestos, que sepas que esto no es lo que me vendísteis cuando firmé el contrato. Por tanto estás moralmente obligado a sacarme de aquí, que tu puedes.