domingo, 20 de abril de 2008

El cortijo de Alfonso Gallardo

Quizá llevado por los lazos afectivos que me unen a la bellísima comarca extremeña de Tierra de Barros, le he prestado especial atención a esta denuncia de Juan José García Calle, lector de El País.

"Desde que se anunció el proyecto de refinería de petróleos en Extremadura, miles de ciudadanos vienen manifestando su rechazo a esta industria como modelo de desarrollo sostenible. (...) Hace unos días hubo una nueva manifestación ciudadana en Extremadura contra este proyecto. Como lector de EL PAÍS, un periódico global y posicionado con el desarrollo sostenible, me siento decepcionado al comprobar una vez más que no se hace eco alguno de esta movilización ciudadana contra un proyecto económica y medioambientalmente insostenible".

Os daré una pista que puede aclarar el desinterés de algunos grandes medios por este tema. Haced click en el siguiente titular:

Polanco vende sus diarios regionales andaluces a Alfonso Gallardo, el empresario amigo de Rodríguez Ibarra

El que encabeza el titular no necesita presentación, pero ¿quién es el ilustre Alfonso Gallardo? Pues es uno de esos empresarios-hechos-a-sí-mismos, de los que nadie se atreve a hablar porque en muchas familias de la comarca hay algún sueldo que depende del señor Gallardo. Este ex chatarrero cuenta prácticamente con el monopolio de la actividad siderometalúrgica en Extremadura y desde hace poco ha ampliado sus miras hacia otros negocios, como el cemento o las refinerías.

Echad una ojeada a su currículum oficioso. Su forma de hacer amigos no tiene igual. Yo lo leí hace algún tiempo y me reafirmé en mis tesis de que en Extremadura aún perdura la mentalidad de cortijo y señorío.

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