martes, 21 de agosto de 2007

Dinero fácil (II)

Por paradójico que parezca, los profesionales de la usura moderna, llámense Cofidis, Cetelem o Timoplus, son más rentables cuantas más dificultades tienen sus incautos clientes para pagar los créditos que han solicitado. Si alguien no puede permitirse pagar la cuota de devolución del préstamo para el viaje a Cancún o para la tele de plasma que tanta falta hace en casa, se le ofrece una reducción de la cuota. ¿Sin más? No, claro. Este mundo feliz tiene su contrapunto: le reducimos la cuota, pero le aumentamos el tipo de interés, el número de plazos de pago y, por tanto, el número de meses que usted seguirá engordando nuestra gallina.

Otra prueba de que el buen pagador no acaba de ser rentable para estas empresas la encontramos en otra de sus artimañas habituales. Consiste ésta en llamar al cliente que está a punto de cancelar un crédito y ofrecerle X mil euros más, aquí y ahora, sin problemas. De este modo, el incauto que acepta la oferta sigue enganchado al sistema. La treta también se materializa en forma de carta, de ésas de "sólo marque con una X, devuélvanos el formulario y ya dispone de 6.000 euros". Además, se marcan el detalle de ahorrarnos el sello y, por supuesto, se ahorran también la letra grande a la hora de explicar los pormenores de esa ampliación de crédito. Y la mejor de todas: en no pocas ocasiones, para ahorrar el trámite de la llamada o la carta, se ingresan directamente los X mil euros en la cuenta del cliente. Si cuela, cuela, y si protestan mucho, pues se les anula el ingreso y todos contentos.

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