Igual que hace unos días, hoy me remito a la habilidad de los lectores para formular preguntas inteligentes, a la par que incómodas. Esta breve carta, firmada por Enric Morell Castells, aparece hoy en El Periódico:
"Es sorprendente que en una situación como la que hay en Catalunya a causa de la crisis ferroviaria, que diariamente afecta a unos 150.000 trabajadores, se mantenga mudos los sindicatos. Esto es el mundo al revés. Intento imaginar el mismo caso en Francia, por ejemplo, y veo el palacio del Elíseo rodeado de manifestantes, una huelga general y el país paralizado. ¿Qué pasaría si en Catalunya gobernara Artur Mas y en España Mariano Rajoy? ¿Sería la misma la actitud de los sindicatos?"
Casualmente, ayer una persona me planteaba exactamente la misma cuestión, cuestión que me resulta doblemente incómoda, dado que el mundo sindical no me es precisamente ajeno. Su pregunta abrió un pequeño debate en el que otro participante señaló: "Lo que pasa es que la gente está enfadada, pero no hay ninguna institución que canalice ese enfado y lo convierta en protesta organizada". "Los sindicatos no sólo son agentes laborales; tienen implicaciones sociales y deberían ser una fuerza movilizadora en estos casos", añadió la formulante de la pregunta.
Es decir, ni nos movemos ni hay ya quien nos mueva.
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