Del tratamiento que han dado los medios a la visita del rey a Ceuta y Melilla, me quedo con dos imágenes. En la primera, un empleado de la brigada de limpieza riega una calle con una manguera. En la segunda, otro empleado descarga un chorro a presión de pintura blanca sobre las casi invisibles marcas de un paso de cebra. Paralelamente, la voz en off de la presentadora de los informativos ofrece el discurso típico: "Todo a punto para la visita de Sus Majestades..."
Gracias a este tipo de imágenes, se nos sigue dejando claro cuándo tiene que estar "a punto" una ciudad. Como si cuando no viene el rey diera igual que los pasos de cebra no se vieran o que las calles estuvieran cubiertas de mugre. Convertir en hecho noticiable una limpieza de calles o una mano de pintura sobre un paso de peatones dice mucho de nuestra cultura de las apariencias y de hacia quién debemos guardarlas.
1 comentario:
Hola Javier, antes de nada, gracias por tus interesantes aportaciones a mi blog.
En referencia a esto, existe una leyenda que hace referencia a Catalina de Rusia, que cuando iba de un sitio a otro de su vasto imperio, contrataban a gente para que simulasen ser campesinos bien alimentados y felices que le la saludasen a su paso, de forma que ella nunca viese la pobreza y miseria que padecía su pueblo.
Tal vez deberíamos recuperar esta tradición. Al menos, cuando viniese el Rey no paralizaría las ciudades.
Ahora que lo pienso, puede ser que esta tradición ya haya sido recuperada, habida cuenta de las escenas "curiosas" que se repiten en las bodas y sobre todo en los nacimientos de nuevas "bocas que alimentar"...
Un abrazo
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