Habitualmente me muestro crítico con los desmanes urbanísticos y medioambientales que se dan más allá del Ebro. Pero hoy, Eduardo Arroni Benedicto, lector de El Periódico, me recuerda con su carta que en Cataluña también hay mucho aprecio por nuestros "Marina d'Or" de invierno: los complejos (o, traducido al pijo, resorts) de esquí. Lo que pasa es que éstos no están al descubierto en mitad de un desierto ni en plena fachada de la costa. Están en la parte pirenaica del oasi catalán, donde apenas se ven o se quieren ver.
Sabia apreciación la del lector. Mientras los cañones de nieve siguen a pleno rendimiento, del campanario de Sau, que hace años se mantenía totalmente sumergido bajo las aguas del pantano, ya se ven hasta los cimientos. Y el nivel sigue bajando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario