"Las grandes productoras cinematográficas, que están demostrando temer y despreciar a sus clientes, han conseguido que esté más controlada la entrada a un preestreno que a un avión. La excusa de la piratería justifica el maltrato. Mientras en los aviones te avisan de que no debes activar tu teléfono móvil en pleno vuelo por tu propia seguridad y la de los demás pasajeros, en los preestrenos cinematográficos de las grandes compañías no les basta con la advertencia y te los quitan directamente".
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