Pas(ill)eo arriba y abajo por el Carrefour a la caza de unos garbanzos en conserva. Los han vuelto a cambiar de estantería y la firma francesa se niega a rotular los pasillos por secciones. Hay que confundir al cliente, para que ande más, compre más y todo eso. "Franceses", pienso (de nuevo), y me vuelvo a sorprender de que en tierras galas se gestara algo tan ordenado como la primera enciclopedia.
Pero la sorpresa que me aguarda tiene su origen en nuestro producto interior más bruto. De repente veo tres hileras de sartenes. En cada una, a modo de tapa promocional de cartón, me saluda el rostro (antes de momificar) de Belén Esteban. E inmediatamente pienso que a pesar de la que está cayendo aún quedan directores de márketing arriesgados, transgresores, que se atreven a buscar el valor añadido de su producto en los bajos fondos de nuestra sociedad.
Gillette retiró el patrocinio a Tiger Woods cuando éste se puso a buscar hoyos en campo ajeno. Dejó de ser un referente. Pero el director de márketing de la marca de sartenes -que por cierto no recuerdo, tal era el eclipse de la Esteban- apostó por Belén como el referente de... algo.
Quiero pensar que dentro de unos años este ejemplo se enseñará en las facultades de Publicidad como lo que nunca se debe hacer para evitar un gran riesgo en la comunicación: el rechazo inmediato. Y no quiero pensar que, si me equivoco, algún día legiones de maruchis fieles de la "tertuliana" podrían perseguirme por pensar así. Sartén en mano y al grito de "¡Arriba la Esteban!", por supuesto.
2 comentarios:
No sé si es acertado o no. Eso lo deberán valorar después. Lo que está claro es que el marketing no es nada más que buscar y ofrecer aquello que un perfil de cliente necesita en un momento dado. Si vivimos en una sociedad en la que este tipo de personajes son referentes culturales, el director de marketing de turno simplemente ha creído que Belén Esteban podía atraer o encajar en las "maruchis" mejor que Ferran Adrià (o Ferrà Adrián, como dijo una periodista de TV3 hace poco). Digamos que la culpa es compartida. Marketing de baja altura + Sociedad de pandereta = Belén Esteban.
La sociedad americana es mucho más hipócrita en estas cuestiones. Gillette no gana nada retirando a Tiger Woods, gana cuando se publica la noticia de que lo retira por imagen. Esa es la jugada.
Creo que el director-a de marketing era un poeta aficionado a la metonimia: Belén Esteban y estar frito por soportarla era una figura retórica que no podía dejar escapar para promocionar sus sartenes.
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