viernes, 2 de enero de 2009

¿Y las palomitas?

Aun a riesgo de que alguien piense que mi discurso puede parecerse al de Antonio Alcántara en Cuéntame..., lo pienso desde hace tiempo y me reconforta saber que hay lectores que también se atreven a decirlo: los niños de hoy son unos consumistas consentidos. Ahí va un fragmento de la carta de Óscar Sánchez en El Periódico, que aconsejo leer al completo:

"No había pasado ni un minuto, cuando oí: "Óscar, ¿y las palomitas?" Y eso que acabábamos de comer. Después de tanta insistencia de los niños, las compré. Traje dos contenedores y no querían compartir. Luego empezaron a solicitar agua. Pero lo que más me llamó la atención fue la forma de pedir las cosas. Educadamente, pero con insistencia militar. No tuve más remedio que ir a por el agua. Y después faltaban las golosinas... y la cena del sábado..."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo, los consumistas somos los adultos, y nuestros niños son nuestra imagen y semejanza.
Rosa

Javier Martínez dijo...

Totalmente de acuerdo. Por eso dije que son consumistas "consentidos". Está claro que somos los adultos quienes les consienten e impulsan esa conducta.

Hace unos días leí un interesante reportaje sobre el fenómeno de los "hiperpadres", es decir, padres que necesitan ser "colegas" de sus hijos para sentir que están haciendo bien su papel. Una de las características descritas del "hiperpadre" era precisamente consentir todos los caprichos puntuales de los hijos (golosinas, juguetes) porque temen que el "no" provoque una discusión y el consiguiente malestar de su hijo.

Rosa dijo...

Me temo que esa especie que describes es bastante común. Se ha comentado que los horarios laborales de los padres, el poco tiempo que tenemos para atenderles y educarles, sean la causa de este exceso de mimos y consentimiento. Quizás...