Hasta los medios que se precian de ser el referente de la información en lengua española se permiten el dudoso lujo de elevar a categoría de noticia anécdotas estúpidas de personajes cuya relevancia lleva demasiado tiempo magnificada.
El rapapolvo que el director de cine David Trueba le pega a El País es tan genialmente mordaz, satírico e incontestable que merecía más que una carta al director. "Nos deja por los suelos, mejor no publicarla", dirían algunos en el consejo de redacción. "Es que hemos hecho tanto el ridículo que hasta David Trueba nos escribe para refregárnoslo", dirían otros. Al final, opción intermedia: se publica, pero camuflado entre el resto de cartas al director.
Os adelanto una parte de los irónicos sablazos de Trueba hacia El País y os aconsejo encarecidamente que leáis la carta al completo:
"Se le dedicaba una columna nada menos que a la apasionante noticia de que el príncipe Felipe se había aburrido en el cine durante la proyección de la película Deseo, peligro, de Ang Lee. La noticia, de una relevancia mayúscula, se amparaba en la versión de un testigo presencial, que sentado en una butaca próxima le había escuchado a don Felipe la siguiente frase durante la proyección: "Vaya rollo, ¿no?". El suceso merecía un destacado, quizá la portada del periódico hubiera sido más pertinente".
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