Ayer, 7 de octubre, una amiga me avisó de que mi móvil tenía activado el buzón de voz. Lo encontró extraño; todos los que me conocen saben que odio el puñetero contestador del móvil, porque obliga a gastar 15 céntimos de establecimiento de llamada al infortunado que se topa con él.
Llamé al proveedor de telefonía, Orange, para más señas. La teleoperadora me explicó que hace 15 días hubo una "activación masiva de buzones de voz en todas las compañías". "Muy bien, pero si yo no he solicitado el servicio, ¿por qué me lo han activado?". "No sabemos el motivo, disculpe". Yo tampoco lo sé, pero si unimos la dinámica habitual de las empresas de telefonía a la tan difundida picaresca de la que tenemos fama mundial, lo puedo intuir. Multipliquen 0,15 euros de establecimiento de llamada por los cientos de miles de llamadas que se pueden realizar en un solo día. Si la activación del buzón se debe a un error, desde luego es un error muy rentable, repetido y que aún no tiene castigo por parte de la Administración.
En este país, parece que las empresas de telefonía engordan la lista de entidades y personajes intocables (lo sé, repito mucho esta expresión, pero cada uno tiene sus manías). Pueden subir las tarifas sin previo aviso, publicitar líneas ADSL con capacidad falsa, atar al cliente con sus contratos de permanencia y activarle (y cobrarle, claro) servicios que no solicita.
El mercado es libre, sí, pero sólo para los que lo controlan.
2 comentarios:
Hola Javier,
Blog interesante, pero nos tienes abandonados, hay un público fiel que ya se ha leído las entradas que has publicado y ¡¡¡queremos más!!!
Hay más instituciones a las que criticar!
Un abrazo
Gracias, Patrick. Estos días he andado liado con otros asuntos, pero prometo entradas nuevas a partir del próximo lunes. Gracias por tu apoyo.
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