Le preguntaban a Torrecilla el miércoles pasado qué le parecía la idea de que las mutuas privadas tuvieran más poder para controlar el absentismo. El orgasmo neuronal del profesor tuvo que ser tremendo; solo acertó a responder: "¡Brutal!". Y a continuación expuso su lección magistral, que lógicamente iba mucho más allá. "De hecho, si un trabajador se ausenta, aunque sea justificado, su sueldo de ese día se debería repartir entre el resto de sus compañeros; ya verían cómo se reducirían las bajas". Sensacional. Traducido a los números prácticos, un trabajador mileurista -del mileurismo no habla demasiado el ilustre profesor- gana unos 40 euros brutos al día. En una empresa de 50 trabajadores, su ausencia reportaría la nada despreciable cantidad de 8 céntimos a cada uno de sus compañeros. Vamos, que estoy convencido de que el "bonus Torrecilla" sería acogido con júbilo por parte de la mayoría de trabajadores. Irían a trabajar aunque tuvieran un brazo y tres costillas rotos, no fuera a ser que el de la mesa de al lado pudiera pagarse un tercio de café de la máquina a costa de su parte de baja médica.
Otro día, el ilustre profesor se mostraba indignado por la importancia que le daba la gente al tiempo de desplazamiento cuando buscaba un trabajo. Aún espero una lección magistral suya sobre los ridículos e improductivos horarios partidos (ya saben, 9-13 y 16-20h y similares) que aún imperan en nuestro sistema laboral. Quizá si el horario habitual fuese de 8 a 16h, nos importaría un bledo desplazarnos 40 km cada día.
Torrecilla enseña cosas así en ESADE, buque insignia de las escuelas privadas de administración de empresas de Cataluña. Solo espero que el resto del profesorado no le siga demasiado la corriente. De no ser así, estaríamos ante una de las causas de que los futuros emprendedores del país sigan creando negocios improductivos. Y al Grupo Godó, propietario de la emisora RAC1, un consejo: cuidado, que si el señor Torrecilla sigue por estas lindes, lo mismo le hacen una buena oferta desde Intereconomía.