Huele a requemado el chisporroteo que ha surgido entre el socialista Joaquín Almunia (comisario europeo de Asuntos Económicos) y sus compañeros de partido del Gobierno español. Almunia ha comparado la situación española con la de Grecia, otra de las rémoras históricas de Europa en lo que a economía se refiere. Tienen razón para enfadarse los miembros de nuestro Gobierno. España y Grecia son incomparables. Las construcciones que han colocado a España en el sitio que merece, como Marina d'Or, aún siguen en pie. Del Partenón no podemos decir lo mismo.
Huele a fritanga la actitud de los sindicatos mayoritarios, que con el aceite casi aguado ahora saltan con que "puede haber mmovilizaciones" si la situación laboral sigue así y encima nos obligan a trabajar dos años más. Más bien parece que a Cándido Méndez (UGT) alguien le ha clavado un alfiler en los mismísimos para que deje de pelar la pava con los socialistas. O que Toxo (CCOO) ha llamado a Cándido para ver si le va bien salir a la calle un rato, más que nada porque cuantos más parados, menos afiliados.
Huele a diarrea post fabada que Emilio Botín, presidente del Banco Santander y, por tanto, socialista obrero comprometido de toda la vida, sea quien le echa un capote a Zapatero declarando en público que España no va tan mal y que las medidas del Gobierno son las correctas. Son los panes prestados de la banca al Gobierno. Cuando éste tenga que pagarlos, el hedor será insoportable.